José Antonio Pagola
También a ti te puede pasar lo que a otros muchos. Cada vez te interesan menos las grandes cuestiones de la existencia. Pasas de lo «importante» de la vida. Tú te preocupas de tus asuntos de cada día. Basta. Es verdad que te informas de muchas cosas para saber lo que está pasando, pero no te ayuda mucho para conocerte mejor a ti mismo ni para orientar tu vida de manera más acertada.
Si te analizas un poco, tal vez te darás cuenta de que sólo te interesa de verdad vivir lo mejor posible. Aprovecharte, disfrutar de la vida, sacarle el mayor jugo posible. ¿No es eso lo importante? Cada vez te cuesta más interesarte por algo que no sea tu bienestar, tu dinero o el pasarlo bien.
Sin darte cuenta, eso te puede ir llevando a un estilo de vida bastante superficial. No tienes grandes objetivos en la vida. Tampoco ideales de ningún tipo. Lo importante para ti es ser práctico: buscar lo que a ti te va bien. Es bueno lo que te apetece y malo lo que te disgusta. Eso es todo. ¿Te atreverías a decir cuáles son los criterios que guían tu vida?
Seguir por ese camino es muy tentador, pero te puede hacer más daño de lo que piensas. Te puedes ir quedando sin metas ni puntos de referencia. Por fuera tu vida parece algo, pero ¿qué vives por dentro? Sin darte cuenta, al sexo le llamas amor, al placer felicidad, a la información de la tele cultura. Poco a poco puedes ir vaciando tu vida de contenido humano.
Pero tú, como todos, eres demasiado grande para contentarte con cualquier cosa. No es fácil vivir una vida que no apunta hacia ninguna meta. No basta tampoco con pasarlo bien. Necesitas algo más para sentirte bien. La vida se puede hacer insoportable cuando todo se reduce a fachada y superficialidad.
Un día te puedes sentir cansado o cansada de vivir una vida tan «rebajada». Tarde o temprano, se puede despertar dentro de ti la llamada a vivir algo diferente. Tú has nacido para vivir bien, pero no de cualquier manera. Estás hecho para cultivar tu espíritu y tu alegría interior.
Lo importante es que no te pases la vida engañándote a ti mismo. Mira bien lo que estás viviendo. Busca la verdad.
¿Es eso lo único que quieres vivir? No te empeñes en cerrar los ojos y tirar hacia delante. Puedes vivir mejor.
Si entras dentro de ti, es fácil que te des cuenta de que estás fallando en algo. Hay en tu vida actuaciones que te están haciendo daño. No es esto lo que hubieras querido. En el fondo, desearías vivir de otra manera.
No tienes que hundirte en el desaliento o el pesimismo. Verte a ti mismo con honestidad es saludable. Te dignifica. Te ayuda a reaccionar. No todo es malo dentro de ti ni mucho menos. Hay en ti una fuerza que te atrae y te empuja hacia el bien. Hay algo que te llama a vivir de una manera más digna, más generosa, más sincera, más solidaria. Seguro que te sentirías mejor.
Esto te exigirá introducir pequeños cambios en tu vida. No pienses en cosas grandes. No vas a cambiar de un día para otro. Ahora lo importante es que cambies tu forma de entender la vida. Que tomes una dirección más sana. Que empieces a vivir de una manera un poco más consciente y sincera. Que no te sigas engañando.
Yo no sé si crees en Dios con fuerza en lo íntimo de tu corazón o si tu fe se está apagando. No importa. Si quieres cambiar tu vida, confía en Dios. Sentirás dentro de ti una fuerza que ahora no puedes sospechar.
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